Por: VERUZKA AARÓNT TORREGROZA
veruzkaaaron.t@gmail.com
El recaudo del impuesto predial en Santa Marta durante la actual vigencia fiscal está lejos de las expectativas de la administración distrital. Así lo ha dado a conocer en declaraciones de prensa Gonzalo Gutiérrez, Secretario de Hacienda del Disitrito. Gutiérrez, reconoce que hay una cartera predial de $381.293 millones del periodo 2019-2025 (Radio Magdalena 12/dic/2025). El recaudo llega apenas al 30% de la facturación corriente y del 10% para la facturación pendiente por pagar. La cartera prescrita oscila en más de un $1 billón. Las cifras plantean una pregunta inevitable en una ciudad con profundas dificultades fiscales y urbanas: ¿este bajo recaudo responde a una débil cultura tributaria o al creciente inconformismo de una ciudadanía que no confía en su administración pública?
De acuerdo con el Ministerio de Vivienda “El impuesto predial recae sobre la propiedad inmueble y se genera por la existencia del predio. Su base gravable depende del avalúo catastral. […] Constituye una de las principales rentas de los municipios y distritos, y una parte significativa de sus ingresos corrientes propios”. El recaudo de este impuesto financia: vías, parques y espacio público, alumbrado público, gestión ambiental y ordenamiento territorial. Estas inversiones con una buena gestión pública deberían traducirse en mejores condiciones de calidad de vida para la población y competitividad del territorio. De lo contrario, el valor del impuesto deja de percibirse como un deber cívico y empieza a sentirse como una imposición injusta.
Con el objetivo de estimular el pago de los contribuyentes, el Distrito puso en marcha la campaña “La Ruta del recaudo”, liderada por la Secretaría de Hacienda y la Dirección de Rentas. Dicha estrategia busca facilitar el pago, fomentar la cultura tributaria a través de jornadas puerta a puerta y distribución masiva de facturas, informando sobre descuentos (como el 95% en intereses moratorios) en impuestos como Predial e Industria y Comercio. Sin embargo, a juzgar por los resultados presentados por el propio secretario de Hacienda, la campaña no ha logrado el impacto esperado.
Cómo podría el secretario Gutiérrez esperar un comportamiento tributario distinto por parte de la ciudadanía, cuando el cobro del impuesto predial corresponde, en el papel, al de un inmueble ubicado en un distrito turístico, cultural e histórico, pero en la realidad parece tratarse de un poblado palafítico dado el ambiente que se obtiene al vivir entre inundaciones por las lluvias, rebosamiento de aguas residuales, calles deterioradas, basuras a cielo abierto, colapso de la movilidad, descontrol urbano, una planificación errática y una gestión pública permanentemente cuestionada.
Además de lo anterior, vale la pena considerar que las últimas actualizaciones catastrales en la ciudad se han hecho sobre el máximo permitido por la ley. Esto, sin tener en cuenta la capacidad de pago de los contribuyentes de una ciudad que según el Dane, se ubica entre las 23 capitales principales de Colombia así: octava (8) en pobreza monetaria, quinta (5) en pobreza extrema y séptima (7) en informalidad (3er trimestre/2025 ). El bajo recaudo predial no es un hecho aislado si se tiene en cuenta ue Santa Marta se constituyó en 2025 como la tercera ciudad del país con mayor cartera morosa en los pagos de impuesto a la Dirección de Impuestos y Aduana Nacionales, DIAN ($ 796 mil millones).
La legitimidad del impuesto predial no se construye solo con normas y facturas, sino con obras, servicios urbanos visibles y una gestión pública transparente. Allí donde el ciudadano puede ver cómo sus impuestos se convierten en ciudad, el recaudo mejora. Donde no, el predial se convierte en símbolo de inconformismo y descontento social. Muy poco pueden lograr las campañas si las instituciones no presentan resultados en lo esencial.
Como muestran las cifras expuestas por el secretario Gutiérrez, el bajo recaudo no corresponde exclusivamente al periodo de gobierno actual. Es una conducta de años atrás con múltiples causas. Pero sin detenernos en la excusa recurrente del “espejo retrovisor”, lo cierto es que el actual gobierno no ha logrado ganar la confianza de la ciudadanía. A muchos ciudadanos les preocupa no solo el impacto actual de la crisis de servicios públicos sino los efectos de la planificación errática que se advierten en la forma opaca como este gobierno ha gestionado la contratación de soluciones a problemas estructurales como la crisis de acueducto y alcantarillado y la revisión del Plan de Ordenamiento Territorial “POT 500 Años”.
Más que aumentar tarifas o actualizar avalúos, el verdadero desafío para el gobierno local es demostrar, con hechos, que el impuesto predial cumple su propósito: financiar el desarrollo urbano y mejorar la calidad de vida de quienes lo pagan.
Santa Marta necesita recuperar la credibilidad de su gobierno local. El impuesto predial solo será sostenible cuando el ciudadano sienta que paga por una ciudad que avanza y no por una administración que llega para aprovechar las crisis para sacar sus “tajadas”. Gobernar también implica convencer, y en Santa Marta, hoy, esa tarea sigue pendiente.
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1 Comment
Liliana Mercadal 18 Dic 2025
Excelente artículo que explica claramente a qué se debe la postura de los habitantes de Santa Marta, frente a un tributo, cuya recaudación no cumple los objetivos para los cuales fue creado